Praga es una de las ciudades más bellas del mundo, y seguramente podríamos decir que es la capital más bella del mundo. Postales como las del puente de Carlos (Karlův most) son archiconocidas, por lo que no era posible el evitar tomar mi propia versión
Pero cada ciudad tiene muchas historias diferentes para contar, las cuales interesarán a distintos tipos de personas.
Yo, por ejemplo, soy físico por lo que no pude dejar pasar el siguiente cartel
Allí dice (en la parte en inglés, que del Checo nada puedo opinar) que en esa dirección, en los salones de Berta Fanta, Albert Einstein, profesor de la universidad de Praga en 1911 y 1912, fundador de la teoría de la relatividad y premio Nobel, tocó el violín y se reunió con sus amigos, los famosos escritores Max Brod y Franz Kafka.
A unos metros de allí se encuentra la iglesia de nuestra señora de Týn, en cuyo interior puede verse (las fotografías no estaban permitidas) la tumba de Tycho Brahe, quizás el más importante astrónomo anterior a la invención del telescopio.
A pocos centenares de metros, cerca del puente de Carlos, una placa recuerda el lugar donde se encontraba la casa en la cual, por seis años, vivió Johannes Kepler:
También es posible encontrar placas recordando Chopin. O una iglesia donde tocó Mozart…
Y, no está de más decirlo, una de las mejores cervezas del planeta: no hay que dejarse engañar por la propaganda alemana, que las mejores cervezas vienen de Bélgica y de la república Checa 😉
A cada uno lo suyo, podría decirse. Por mi parte, cuando en el 2011 visité esta magnífica ciudad me quedé con todo.
Es un gran post. Hasta otra.